lunes, 9 de febrero de 2015

¿Qué es lo que nos motiva a seguir animando?

Enero es un mes de Encuentro, un mes especial para el MJS. En varios lugares, y simultáneamente, se llevan a cabo campamentos, colonias de vacaciones, experiencias de formación de animadores como el Soñador y Saltimbanqui; jornadas oratorianas que duran semanas y muchas otras actividades. Y este 2015 no ha sido la excepción, las redes sociales se han llenado de fotos y de manifestaciones de alegría por lo vivido y compartido como MJS en las distintas regiones de nuestro país.

Han sido experiencias de encuentro con personas que hacía mucho no veíamos, de oración intensa, de vivencia de Dios, de entrega por los pibes y pibas. Porque estas experiencias de verano nos motivan, nos alegran, hacen que nos encontremos con ese Dios tan cercano y tan cariñoso que se expresa sencillamente a través de los gestos genuinamente humanos de los chicos y las chicas, de los animadores y animadoras con los que compartimos. Sentimos que estas experiencias nos dan fuerzas, nos animan y nos llenan de optimismo para encarar el año venidero, pero su verdadera importancia radica en que son experiencias que nos educan, renuevan y ejercitan en el eslabón más importante de la evangelización: el encuentro. El encuentro con el otro es el principio fundamental a partir del cual evangelizamos. El Papa Francisco nos dice, a raíz de esto, que “ser discípulo es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús…” (Evangelii Gaudium 127) Francisco nos llama a ser discípulos, a ser misioneros, en otras palabras, nos llama a ser animadores y animadoras con un testimonio profundo del cariño de Jesús. Por eso son tan valiosas estas experiencias, porque ejercitamos el encuentro mutuamente enriquecedor con el otro, ese encuentro que es la base de todo apostolado y que durante todo el año estaremos propiciando y yendo hacia él.    

Pero sabemos que el trajín del año es cansador, es duro y muchas veces nos agobia. El trabajo, el estudio, las obligaciones familiares y las responsabilidades diarias, sin que nos demos cuenta, nos van tapando de cosas y sentimos que esas fuerzas con las que empezamos van perdiendo poco a poco la energía.

¿Qué hacer en estos momentos?  ¿Cómo mantener la llama encendida? ¿Cómo mantenernos motivados? ¿Cómo hacer para tener esa disposición evangelizadora permanente a la que nos invita el Papa?

Algo que nos puede ayudar en esta situación es un ejercicio que deberíamos hacer cada vez que sentimos que el camino se pone cuesta arriba. Consiste en hacernos la pregunta ¿qué es lo que me motiva a seguir animando? Es un cuestionamiento cuya respuesta puede que se vaya renovando a medida que el tiempo pase ya que el mismo Tata Dios se hace nuevo y se renueva constantemente en nuestras vidas.

Encontrar nuestra motivación es encontrar el centro, el motor, la razón por la cual enfermo, cansado o triste no dejo de expresarme como un ser animador. Encontrar nuestro centro como animador implica que no dependamos de las “pilas que tengamos” o del buen o mal momento que estemos pasando, sino que significa conocer nuestra esencia de animador e ir a los porqués más profundos de nuestra evangelización. Encontrar nuestro centro animador nos ayuda a saber qué estamos poniendo al servicio de los demás y por qué.

Si hacemos este ejercicio constante de preguntarnos y respondernos sin miedo y reflexionando profundamente, no vamos a depender de nuestro estado de ánimo o de nuestra situación personal, sino que responderemos a una convicción, a un centro esencial al cual no podemos negarnos porque es parte nuestra.

Ojalá estas experiencias que vivimos en el verano nos den no sólo ánimo para afrontar un año tan especial como lo es el Bicentenario de Don Bosco, sino también una disposición y un amor por el encuentro con el otro que nos ayude a responder la pregunta sobre lo que nos motiva a seguir animando y así encontrar nuestro centro animador.

Durante la semana les compartiremos un video con algunos testimonios para seguir iluminando esta reflexión.


¡Buen año!



Mariano

CULTURA DE BARRO





No hay comentarios.:

Publicar un comentario